Gusanito del Sauce

Mario Capovía del Cet

Por una cuestión de que me gusta pescar lo mas tranquilo posible, siempre he tratado de evitar los viajes a la Patagonia en los meses de enero y febrero. El ingreso de las grandes marrones a los ríos, el cambio en la coloración de los bosques con sus amarillos, ocres y rojos, y la posibilidad de tener menos viento, hicieron de marzo y abril mis meses favoritos para la pesca de truchas.

 

Pero siempre hay alguna excepción… Hace unos veinte años viajamos con Fernando Uhia a la zona de Junin de los Andes por todo el mes de enero y entre los recuerdos que uno va atesorando de casa salida, en ese caso uno se me ha quedado muy grabado.

 

Estábamos llegando casi de noche a una suerte de lugar de descanso junto al río Aluminé y allí decidimos pernoctar. A la mañana siguiente estaba por preparar el mate y mirando unos sauces secos alrededor de los cuales había unos bancos de madera circulares, ví alrededor de la base de cada tronco una suerte de colchón verde que confundí con yerba. Malpensado yo, le comenté a mi compañero: “¡Mirá si le gente será sucia!...qué les cuesta vaciar sus mates en los tachos de basura”…

 

Al rato, termo en mano, me acerqué a uno de los sauces y ya de cerca me di cuenta que la realidad era otra: los sauces no estaban secos sino totalmente comidos por los gusanitos y lo que parecía yerba desde lejos no era ni mas ni menos que miles de gusanos caídos y amontonados al pie de cada tronco. Tomé un puñado de ellos, me arrimé a la costa y comencé a soltarlos al agua desde distintas alturas. Algunos se hundían con bastante velocidad y otros quedaban flotando arrastrados por la corriente. Dependiendo de cómo cayeran rompían o no la tensión superficial.

 

Y aunque muchas de esas moscas habíamos visto y otros tantos relatos sobre su efectividad, no teníamos ninguna imitación en nuestras cajas ni material para atarlos, pero evidentemente era un alimento de primera en ese mes.

 

Pasaron muchos años y centenares de imitaciones –a pedido- de gusanitos por mi morsa (de vernille, foam, dubbing, swannundaze, larva lace, vinyl rib, etc), pero recién en el 2006 regresé tanto en enero como en febrero, pudiendo comprobar recién entonces las bondades de una imitación muy mal hecha en goma eva (o sea que flotaba) en color chartreuse cortada desprolijamente a tijera y con una sola atadura (Parecía una “V” poco natural…y sin embargo funcionó bien).

 

Este enero del 2007, con mi amigo Bruno Carrera, en el término de unas cuatro horas sacamos 10 arcoiris y una perca dejando simplemente “bajar” una imitación de goma eva entre dos sauces desde una costa alta del Malleo. Las mas pequeñas subían a tomarla, las mayores solo comían los que se hundían, por lo cual le pusimos un plomito a unos 40 cm de la mosca y vimos como las mas grandes, que estaban cerca del fondo, se desplazaban y tomaban la mosca cuando esta llegaba derivando a la profundidad correcta.

 

En otros lugares, al borde de los sauces donde por la acción del viento caían estos gusanos, siempre se veían algunas subidas de truchas. En estos casos había que lanzar lo mas cerca de la base del sauce e intentar que la mosca derivara sin hacer drag. Y muchas veces la respuesta era inmediata.

 

Si bien hay muchos diseños que imitan al gusanito del sauce, en este caso describiré la que utilizamos. Tal vez para muchos demasiado simple, pero diría que indispensable si pescamos en enero y febrero en aguas donde abundan los sauces.

 

MATERIALES

 

Anzuelo:         #12 o 14 para mosca seca.

Hilo:               8/0 verde.

Cuerpo:          Tira de goma eva cortada a tijera o con sacabocado (corte redondo) rendondeando sus puntas con la llama de un encendedor.

 

SECUENCIA DE ATADO

 

Atar con varias vueltas de hilo y en un solo punto la tirita de goma eva.

 

 

Avanzar con el hilo con vueltas parejas sobre la pata del anzuelo hasta casi llegar al ojo del anzuelo.

 

 

Fijar nuevamente la tirita de goma eva con varias vueltas de hilo en un solo punto, dejando suelta la tira entre las ataduras para que forme una pequeña curva. Anudar y cementar el hilo en toda su extensión para que quede mas seguro.